martes, 28 de junio de 2011

Mi vida sin comillas

Mi nombre es Carmen Rodríguez. Era primavera del 73 en un pueblo castellano manchego cuando di mi primer berrido tras una palmada inesperada en el culo. Eso ya debería marcarnos de por vida: gritar si nos hacen daño, protestar, patalear o llorar si no nos queda más remedio… Sin embargo, hemos cerrado los ojos y nos hemos dejado llevar de la mano hacia una casa de naipes, un coche de juguete, un barco de papel y un chalet de arena en la playa. Ha llovido sobre mojado, se ha levantado el viento y nos hemos quedado sin nada… Nos han dado un cachete en el culo y es momento de salir del letargo.


Quizá ese sea el motivo por el que empiezo este blog, puede que porque veo los ojos de mis hijos y me asusta el futuro que puedan encontrarse. El caso es que creo que tengo algo que aportar, que contar, aunque sea una vana experiencia de cómo han cambiado las cosas en estos últimos 30 años. Antes apenas tengo vagos recuerdos y la memoria de mis mayores.

Estudié Filología Hispánica en Madrid, me saqué el CAP y ejercí durante algunos años como profesora de Lengua y Literatura en un Colegio Privado a las afueras de la capital, pero la vida me dio dos regalos (Marta y Alfredo) que ahora son mi mayor ocupación (junto con mi marido, que siempre se queja de que me olvido de él), además, ejerzo como correctora de textos desde casa, un trabajo con mucha inestabilidad pero con gran independencia.

Independencia… una palabra que me encanta y que no me gustaría tener que matizar con esas comillas que últimamente no paro de leer en diferentes medios, porque las limitaciones a nuestra libertad están donde empiezan las del otro y no en los signos tipográficos.

Por qué La vida entre comillas

Cuando empezó el movimiento 15M no paraba de leer “indignados” en todos los periódicos y sólo me preguntaba si el motivo del “entrecomillado” era quitarles importancia e incluso ironizar sobre el tema… Y no fui la única, Juanma Santiago, resumió mi impresión perfectamente en un comentario publicado en Escolar.net:

Lo que me parece curiosísimo es esa manía de la prensa, desde El País hasta La Gaceta, por abrir comillas cuando aluden a los “indignados”. A ver quién se las pone a Partido “Socialista”, Partido “Popular”, “Unión” Europea, cajas de “ahorros” o Ministerio de “Trabajo”…

Con este blog y gracias a mi formación sólo pretendo que los pocos o muchos que me lean, aprendan a poner las comillas en su sitio.

2 comentarios:

  1. solo sin tilde vecina...

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  2. Efectivamente la RAE propuso que sólo, cuando significase solamente o únicamente, pudiese ir sin tilde, pues el contexto lo distingue de solo (soledad o sin compañía). Sin embargo, permíteme que por costumbre, tradición o como quieras llamarlo lo siga manteniendo. Aun así, muchas gracias por el apunte, vecino ;)

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