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viernes, 16 de septiembre de 2011

Tigeretazo a la educazion

Mi madre todavía conserva mi cartilla del colegio con las anotaciones de mi maestra: “No recorta porque no le da la gana”. Han pasado varios años desde entonces y sigo sintiendo especial animadversión por los tijeretazos, incluso cuando se trata de hacerles un disfraz a mis hijos, así que podréis entender el pánico que me da pestañear y ver caer un nuevo derecho de esa Constitución que de aquí a unos años va a terminar pareciendo un chiste macabro.

“A la hora de elaborar los presupuestos, fijen sus prioridades” palabras del Ministro de Economía en clara alusión a Aguirre y Feijóo y en representación de aquellos que no han sabido sumar 2+2 durante su legislatura y ahora, como es lógico, no les salen las cuentas; y es que la educación, desde la LOGSE, hace mucho que cojea.

Creo que todos los padres queremos darles la mejor educación posible a nuestros hijos y es algo que cada vez nos ponen más difícil, pero reconozcamos que el problema no viene de ahora: masificación en las aulas, instalaciones precarias y en ocasiones insalubres, falta de profesores de apoyo, ausencia de refuerzo para los más rezagados/avanzados… por no hablar de la casi inexistente aplicación tecnológica en el desarrollo educativo.

Y ese “futuro” entrecomillado del que tanto hablo no pinta mucho mejor desde que nuestros gobernantes confunden cantidad con calidad, desde que ven la escuela como un negocio en manos de las empresas, desde que la igualdad de oportunidades ha dejado de ser una prioridad y pretenden que nuestro sistema educativo se asemeje cada vez más al anglosajón, donde la educación se mide en cuánto estás dispuesto a pagar por ella.

Ya es lamentable la degradación del lenguaje con la denominada “cultura del chat”, pero más aún la profunda brecha que sufren los más jóvenes, que no saben ni ubicarse en el mapa como para pedirles que aprendan de un pasado que desconocen para construir y mejorar el mañana. Desconozco en qué escuelas habrán estudiado nuestros políticos, pero hay que ser muy burro para creer que recortando la educación y la sanidad las sociedades avanzan o que lo que es peor, que la solución a la crisis pasa por facturar los derechos básicos.

Quizá eso es lo que quieren, que las futuras generaciones no piensen, que no protesten, que agachen la cabeza y sigan al resto del rebaño, que en su casa la única cadena que sintonicen sea Telecinco.

jueves, 25 de agosto de 2011

¡Zas!... Reforma Constitucional…

Lo bueno de las vacaciones, si son buenas de verdad, es que desconectas del mundo; lo malo, es que cuando vuelves todo sigue igual o incluso peor, por eso, a unos días de regresar a Madrid, he decidido sentarme en la terraza del hotel para no llevarme sorpresas, abrir el portátil y… ¡zas!.. Reforma constitucional.

Muchas veces creo que en Europa, sobre todo Merkel, piensan de nosotros lo mismo que nuestro Gobierno piensa de sus ciudadanos: que no pensamos, que no sabemos y que necesitamos un guía superior que nos enseñe el camino a seguir y nos empuje a él, de hecho, en ocasiones me llego a plantear si tienen razón.

Ahora a Zapatero, a unas semanas de las elecciones, se le ocurre, bueno, a él no, sino a sus convecinos europeos, reformar la Constitución, esa que no podíamos tocar por su “extrema fragilidad”. Lógica y anecdóticamente Rajoy le apoya, primero, porque ya lo propuso y segundo, porque si resulta ser una cagada, las culpas históricas y populares caerán en ZP.

No esperaba que convocasen un referéndum cuando pueden ampararse en el 10%, ¿para qué? Sólo hay que echar la vista atrás, cuando no se quería dar el voto a la mujer porque se decía que no sabía de nada, que se pasaba el día entre las paredes de su casa y las de la iglesia. Al menos, hemos conseguido la igualdad en eso, nos tratan a todos y a todas por igual, como si fuésemos imbéciles.

Por mi parte he de reconocer que no entiendo demasiado de política económica, así que desconozco sus pros y contras y supongo que como yo, habrá muchas personas en España. Llegaré a casa y me pondré a leer para ver si desenmaraño un poco lo que creo recordar de lo qué es y supone… pero, ¿harán todos lo mismo o simplemente nos dejaremos llevar de la mano una vez más?

¿Tan urgente es una reforma que no es aplicable hasta dentro de unos años? ¿No sería más fácil tomarse un tiempo para explicar a los ciudadanos de forma plural lo que supone y una vez tengamos diversidad de opiniones votemos en referéndum? ¿Por qué ya de paso no le damos una vuelta a la Constitución y sacamos a colación todos esos temas pendientes de revisión que hemos ido obviando por no “quebrarla”?

Lo peor de todo, es que la reacción de PP, PSOE y alguno más a estas cuestiones sería la misma que la de Mafalda en la viñeta. Espero que se den cuenta que en Europa los tratan como ellos a nosotros y que por desgracia, salvo el 15M, nosotros hacemos lo que ellos, agachar la cabeza y decir: “sí, bwana”.