domingo, 10 de julio de 2011

Decálogo para un Gobierno no fumador

Después de los acontecimientos del jueves he tenido tiempo para leer, para pensar y para repasar cómo el Gobierno ha pasado de ser un fumador pasivo a un no fumador activo. Como ya he comentado con anterioridad, no pretendo hacer apología del tabaco, de hecho, la mejor forma de dejar clara mi opinión al respecto es haciendo referencia al Club de fumadores por la tolerancia, una entidad sin ánimo de lucro que lucha por la libertad recíproca y el respeto entre quienes fuman y los que no.

Su Decálogo del buen fumador, lectura que también recomiendo, podría resumirse en fumar como placer y no como vicio, respetar a los no fumadores y los espacios sin humo, cuidar el Medio Ambiente y mantener a los menores de edad alejados del tabaco. De hecho, a partir de sus muy buenas intenciones, pensé en hacer mi propio Decálogo del no fumador, pero he decidido apuntar un poco más alto y crear el Decálogo para un Gobierno no fumador:
  1. El tabaco es legal
    Los fumadores, por el simple hecho de fumar, no somos delincuentes.
  2. Más tolerancia y menos prohibición
    Las personas deben tener libertad de elección y pensamiento para su correcto desarrollo.
  3. Los límites a la libertad terminan donde empieza la libertad de otro
    Pero también donde empieza la Ley (ver punto 1 del decálogo)
  4. Para que exista respeto debe ser recíproco
    Consiste en valorar los intereses y las necesidades de todos por igual.
  5. Los fumadores no somos niños
    El tabaco está dirigido a un público adulto y como adultos responsables y bien informados deberíamos ser considerados.
  6. Información y no desinformación
    La información y la pluralidad de opiniones es crucial para una sociedad.
  7. Ayudarás a quienes quieran dejar de fumar
    No sólo existen soluciones farmacéuticas y de pago. En el caso que se necesite apoyo de las primeras deberán estar correctamente reguladas y testadas.
  8. No fomentarás la persecución y la criminalización
    No deberían existir más alternativas para denunciar que para dejar el tabaco. Si la Seguridad Social está saturada también lo están los Juzgados.
  9. Primará el diálogo
    Amigos, vecinos o familiares no deben dejar de serlo por el hecho de que alguien fume donde no debe y que una visita a la Consejería de Consumo o a la Policía Municipal estén por delante de un “perdone, aquí no se fuma, si es tan amable de apagar su cigarrillo...”
  10. En definitiva, intentarás crear una sociedad sin malos humos

2 comentarios:

  1. Hola Carmen,

    Seamos realistas, el tabaco es una droga legal, como el alcohol. Son legales porque pagan impuestos y va en interés de la recaudación del estado. Con esto no digo que esté criminalizando a los fumadores hay drogas ilegales mucho peores que algún día serán legales. Pero bien es cierto que el tabaco nos perjudica y a nuestro entorno (ya sé que el humo de los coches es mucho peor) eso no nos justifica. Así que ante todo prevención y ser consecuentes de nuestras decisiones.

    PD: Si me dieran un beso por cada cigarro quizás habría dejado de fumar hace años.

    Un saludo vecina ;)

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  2. Estoy de acuerdo contigo. No digo que el tabaco no sea perjudicial y precisamente por eso no deberíamos convertirlo en un vicio ni perjudicar o incitar a terceros y mucho menos a menores. Lo único que defiendo es la libertad individual de decidir si, como adultos e informados de sus posibles consecuencias, queremos o no fumar.

    Lo que me molesta es la hipocresía estatal, la persecución, la prohibición y una campaña antitabaco muy mal orientada, que nos traten como a niños y que hayan creado un clima de crispación alrededor de los fumadores que hace que nos sintamos incómodos y culpables casi hasta en nuestra propia casa.

    PD: Supongo que cada uno fuma por una razón u otra, yo quizá lo habría dejado si el mundo se congelase y nos quedásemos mi pensamiento y yo en momentos puntuales como después de comer :)

    Un saludo vecin@ ;)

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